Las lorzas son mías y no siempre me siento cómoda enseñándolas. Y el domingo pasado, fue uno de esos días. Teníamos planes para ir con los nenes a un parque acuático, y lo que menos me apetecía era estar pendiente del bikini y su colocación.
He de confesar que mi primer impulso fue comprarme un bañador. Pero no veía nada que me gustara, y menos aún, a un precio razonable (no es una prenda que yo suela utilizar). Cuando estaba a punto de rajarme y descolgarme del plan (tenía un día muy tonto y sensible), mi amiga (gracias sister!) me dijo que ella tenía uno que utilizaba precisamente los días que no se encontraba muy cómoda, que tenía como una faldita. Y en ese momento se abrió un rayo de luz.
Como estamos en confianza confesaré que me lo compré y a un precio moderado, pero con una intención muy clara y oculta: si era capaz de fusilar el patrón, no lo estrenaba. De hecho, no tenía intención de quitarle la etiqueta.
Y a eso me dediqué toda la mañana del sábado. La complicación, claro está, la encontré en el escote; porque quería reciclar las copas de un sujetador viejito, para armar un poco el bañador (soy de poca teta). Me costó dar con la forma y el tamaño adecuado, y tuve que trazar dos o tres patrones, pero al final, lo conseguí. Truco: poner los abalorios al inicio de los tirantes y añadir el lazo entre las copas, contribuyó a dar la forma final.
No obstante, hay un par de cosas que mejorar para futuras versiones, como por ejemplo, hacer de una sola pieza la parte del sujetador y las tiras traseras, para que no quede desbocado.
En cualquier caso, muy contenta con el resultado; cumplió a la perfección con su misión, y sólo me tuve que preocupar de disfrutar de mis chicos.
Por cierto, no caí en hacer foto de la braguita. Utilicé una que me cosí en la quedada en casa de Auxi (Más de lo que me gusta), con telas de Alicia (Cose prima cose), las mismas que os enseñé aquí, pero con un patrón distinto, que me prestó Aurora (En mi nube de rayas), pero que ahora mismo no recuerdo. ¡¡Necesito vacaciones!!
Hoy es miércoles, y por lo tanto, hay MiMi. ¿Ya habéis visto las propuestas de la semana? A mí me toca esperar hasta la tarde…
¡¡Feliz día!!
Para dar la bienvenida a 
Se trata de un patrón propio, que elaboré en mi clase de patronaje. Está inspirado en un vestido tipo años 20, con el que me topé por casualidad en la red. Está confeccionado en crepè de seda y lleva una puntilla ancha de encaje negro. En el vestido original, se supone que la puntilla servía para marcar el cuerpo de la falda, que estaba realizada con flecos de piano. Yo, en un principio, me decanté por cambiarlos por plumas; incluso llegé a comprarlas, ains!. Pero al final, me pareció que el resultado iba a ser muy solemne, y a última hora, cambié de opinión. ¡¡Menos mal que soy una exagerada comprando tela, jaja!!
Noelieska 